Los ritmos del amor en Internet


Conforme pasa el tiempo, vamos conociendo más parejas que se han formado gracias a Internet y tenemos razones para creer que el número de relaciones que surgen a distancia es cada vez mayor. Está claro que las relaciones que sobreviven la distancia y, posteriormente, la prueba presencial de la convivencia suelen requerir de más tiempo para adaptarse a la vida de pareja.

M. A. Martín
Conocemos a algunas parejas que han desarrollado una relación virtual y que han sido capaces de sacar el mejor provecho de sus circunstancias. También muchas de éstas se quedan en el camino. En cuanto a las que sí consiguen afianzar la relación, a menudo expresan sentirse afortunadas de haber podido encontrar a su media naranja. Puede tratarse de personas que se sienten limitadas en cuanto a la cantidad de candidatos o candidatas que potencialmente pueden conocer en el plano real, y sienten la necesidad de ampliar su búsqueda. Quizás sean personas menos convencionales o que viven en lugares donde se reducen las posibilidades de conocer a personas genuinamente afines y con intereses similares.

Mientras que, en el pasado, este tipo de personas muchas veces tenían que conformarse con menos o aceptar una vida de soltería, hoy en día tienen la oportunidad de buscar más allá. Las cifras se disparan entre personas homosexuales. Éstas a veces viven en situaciones de poca tolerancia a su orientación sexual y la red les proporciona foros donde pueden relacionarse más ampliamente y con menos presiones sociales o familiares. Ya sean homosexuales o heterosexuales, no tiene por qué tratarse de personas excéntricas. Puede darse simplemente el caso que éstas sean capaces de imaginar posibilidades más allá de lo habitual. Se atreven a romper moldes e inventar su propia historia.

Las relaciones nacidas en la web por lo general cuentan con tiempos distintos, comparados con las relaciones de pareja más tradicionales
Sabemos, no obstante, que este tipo de relaciones por lo general cuenta con otros ritmos y con tiempos distintos —comparados con las relaciones de pareja más tradicionales—. Imaginemos que dos personas se conocen en algún foro de contactos, empiezan a chatear y a conocerse... Puede llevarles muchos meses conseguir un encuentro presencial.

Tenemos, por ejemplo, del caso de Lorena y Pepe. Se conocieron en un chat hace unos 10 años, cuando Internet no era lo que es hoy. Ella vivía en EEUU y él es valenciano. Aunque chateaban y hablaban por teléfono con frecuencia, tardaron un año y medio en conocerse en persona. Ellos son de la opinión de que la química surgió ya desde el plano virtual y en su encuentro personal saltaron las chispas enseguida. Se dieron cuenta con gran contundencia de que, si querían que su relación prosperara, tenían que tomar importantes decisiones. Cuentan que esto fue lo más duro. Apostaron por la relación, ella dejó a su familia, su trabajo y su vida cotidiana para venirse a vivir con Pepe. Al principio les costó mucho trabajo adaptarse, pero siempre tuvieron muy claro que no iba a ser fácil. Dicen que, al inicio, la distancia les forzó a alimentar la relación día a día y que siguen fomentando esa actitud. Hoy en día siguen teniendo dificultades, pero ambos aseguran inequívocamente que tienen una relación muy satisfactoria y positiva.

Han tardado tiempo en afianzar su relación y en conseguir vivir juntos, y aunque se encuentran bien entrados en la treintena, aún no se plantean tener hijos. Quieren más tiempo para ellos. Esto no es exclusivo de las parejas que se conocen por Internet, pero su proceso parece algo más lento en general. Quizás es que se han acostumbrado a la cautela, tan necesaria en las relaciones virtuales.

¿Consideras que Internet ha tenido un efecto en tu forma de relacionarte con otras personas? ¿Y en la de tus amigos o amigas? ¿Crees que los ritmos en este tipo de relaciones son distintos? ¿Cuál es tu experiencia al respecto?