Una investigación que da sentido a numerosos artículos científicos que intentan explicar la naturaleza de las mujeres.
La experta asegura que las niñas recién nacidas tienen comportamientos totalmente distintos de los niños, los que definirán su conducta futura y potenciarán su "ser femenino" durante toda su vida. Y que todo eso ya viene 'programado' en su pequeño cerebro de niña.
Así, las diferencias no hacen más que confirmar este hecho. Las mujeres son más aficionadas a comunicarse, por eso hablan con un promedio de 20 mil palabras al día, superando con creces las 7 mil que requieren los hombres.
Son capaces de recordar detalladamente que antecedió a una discusión con su pareja, mientras el hombre en cuestión es incapaz de recordarla. La experta asegura que son factores biológicos los que explican estos comportamientos que rayan en el prejuicio cultural de “mujeres histéricas” y “hombres víctimas”.
El texto ha motivado inmediatos comentarios respecto de la concepción de un cerebro exclusivamente femenino. El afamado autor del texto Inteligencia Emocional, Daniel Goleman, valoró las conclusiones de la neurosiquiatra. "Finalmente, una respuesta satisfactoria a la pregunta de Freud '¿Qué quieren las mujeres?'. Louann Brizedine ha hecho un enorme favor a cada hombre que quiera comprender a las desconcertantes mujeres en su vida cotidiana.
Brizedine, quien es también la creadora de la Clínica de Hormonas y Estado Anímico de Mujeres y Adolescentes, en California, explica que después de la concepción, todos tenemos un cerebro femenino. Sólo aquellos embriones que serán hombres reciben una sobrecarga de testosterona, la hormona que controla el impulso sexual y los caracteres físicos y anímicos masculinos, y transforma su cerebro en el de un hombre, sustancialmente distinto del femenino.
Las niñas tendrán un acendrado interés en el contacto visual con quienes le rodean. Aprenderá a leer las emociones en los rostros de su madre, su padre y luego de sus hermanos y amigos. También será capaz, a los pocos meses de edad, de distinguir los distintos volúmenes de voz que escuche para sumar información sobre su medio ambiente. Interpretara las emociones de rechazo y aceptación de otros, sin necesidad de palabras, situación que aumentará exponencialmente cuando aprenda a hablar.
De hecho, durante los tres primeros meses de vida la niña aumenta sus habilidades de reconocimiento de rasgos faciales en un 400 por ciento, frente a un casi nulo incremento en el caso de un niño, que no manifiestan interés en los rostros.
Para Brizendine sus cerebros siempre están buscando información emocional a un nivel que los hombres no pueden ni siquiera percibir.Así las cosas, lo que ella puede considerar como muy importante, él lo olvidará completamente".
Otra de las particularidades del cerebro femenino, según la autora, es la capacidad de dotar a las mujeres de hormonas que suelen prepararlas para momentos vitales clave. Así, llegada la adolescencia, a los 20 segundos que una joven recibe un abrazo, en particular de un hombre, comienza a secretar oxitocina, la hormona asociada al placer y al bienestar físico.
El impulso sexual, asimismo, está asociado a la testosterona que es producida en una mujer en su madurez sexual, entre 10 y 100 veces menos que los hombres. Es por esto que, alrededor de sus 50 años de edad, una mujer pierde un promedio de 70% de esa hormona secretada por el cerebro y requiere de una terapia hormonal de reemplazo para recuperar su líbido.
Esta preeminencia del cerebro en término de las hormonas explica facetas como que la depresión sea más frecuente entre mujeres que hombres o que las adolescentes con ánimo muy cambiante superen rápidamente ese estado si consumen píldoras anticonceptivas, por su carga hormonal.
Para la autora, más que el ya conocido nexo hormona-ambivalencia femenina, lo más novedoso radica en que el cerebro femenino procesa toda aquella información de tinte emocional con mayor precisión que sus congéneres masculinos. Es por eso que la experta explica que los hombres, muchas veces, parecen estar programados para ignorar la faceta emocional de las mujeres, salvo si se trata del llanto explícito de alguna de ellas. "Parece que lo único que logra llamar su atención son las lágrimas", dice Brizendine.
Fuente: sexualidadysalud.com
