Miedo al deseo sexual
Desde el punto de vista clínico, hablamos de deseo —fase de deseo sexual— para referirnos a la experiencia subjetiva de atracción hacia el objeto sexual (normalmente, una potencial pareja sexual). Digamos que se trata del conjunto de la experiencia de atracción que se integra en nuestro encéfalo y para la que, todavía, no se conocen los registros fisiológicos específicos. En cuanto experimentamos evidencias físicas de nuestro creciente deseo (erección del pene, lubricación vaginal, aceleración del pulso, erección del vello corporal, sudoración, enrojecimiento de partes más o menos extensas de nuestra piel, hinchazón de los pechos...) pasamos a hablar de fase de excitación sexual —abreviadamente, excitación—. En buena parte de las ocasiones, permitiendo fluir la excitación se llega a la fase de orgasmo, con la eyaculación, su evidente signo externo en el caso de los varones. Si bien el deseo sexual se mantiene hasta el orgasmo, cuando hablamos de fase de deseo, nos referimos al inicio de la respuesta sexual de hombres (casi siempre) y mujeres (no siempre).