El joven, claramente inquieto, rápidamente plantea qué le trae a consulta: "Ayer estuve en una despedida de soltero, bebí mucho, acabé con una prostituta. No estoy seguro de todo lo que hice. Pero además, ella llevaba un piercing en la zona del clítoris, que se le desprendió. Dijo que nunca le había pasado eso. Estoy muy preocupado por si me puede contagiar, no estoy seguro de haber usado bien el condón o de si se pudo pinchar con el piercing…" Es un ejemplo más de las frecuentes consultas sobre contagio de sida en jóvenes.
M. A. Martín
En este caso, el chico se preocupó y consultó sobre su miedo, lamentablemente, la gran mayoría ni tan siquiera se ocupan o preocupan por averiguarlo. Continúan los tópicos: "Esa chica o ese chico no tenían aspecto de sidosos/as"; "no usamos condón, ya somos novios, llevamos tres semanas saliendo juntos…" Según el Ministerio de Sanidad, el 41% de las personas diagnosticadas de sida en 2007 no tenían conciencia de estar infectadas.
Los datos son demoledores. Un estudio publicado por el profesor Rodríguez Carrión y la doctora Traverso Blanco —'Conductas y Educación Sexual en Universitarios Españoles'— muestra que, en nuestro país, el 52,3% de los estudiantes universitarios reconoce haber mantenido relaciones sexuales sin protección frente al sida. Además, cuando se les pregunta sobre los riesgos que creen haber corrido, citan al embarazo no deseado y pocos se acuerdan del sida.
Es evidente que no se puede bajar la guardia. Las cifras no son casuales. Tantos años sin afrontar la incorporación de la educación sexual en colegios e institutos nos llevan a que el grado de conciencia de riesgo con la práctica del sexo no seguro arroje cifras, en 2007, tales como que el 57,9% de los nuevos casos de infección son por prácticas heterosexuales, frente a un 26,3% por prácticas homosexuales y un 13,2% por drogas inyectadas.
Los colectivos de gays y lesbianas, tan denostados en los albores del sida, reaccionaron con campañas de educación en el sexo seguro. Hoy, el contagio del sida se mantiene principalmente por las relaciones heterosexuales sin protección
Los colectivos de gays y lesbianas, tan denostados en los albores del conocimiento de la pandemia del sida —castigo divino, enfermedad de las 'cuatro H: homosexuales, hemofílicos, heroinómanos y haitianos'— reaccionaron con campañas de educación en el sexo seguro entre sus propios afiliados. Tal es así que, a fecha de hoy, el contagio del sida se mantiene principalmente por las relaciones heterosexuales sin protección.
Aunque de ninguna manera esta información debe servir de excusa para que no se pongan en práctica las medidas oportunas, nos parece importante avisar de que, en los servicios de urgencias, pueden dispensarse una combinación de fármacos que minimizan la posibilidad de desarrollar la infección por VIH. Este recurso farmacológico se debe prescribir en las primeras horas, tras una relación no protegida, en la que hay fundados motivos de sospecha de infección. Al igual que con la anticoncepción postcoital, su eficacia aumenta cuanto menos tiempo transcurre tras la relación sospechosa. Hasta unas 72 horas garantizan su efecto preventivo, que es máximo si no transcurren más de seis.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que no podemos quedarnos con estas discretas medidas paliativas, lo más importante es el sexo responsable: nunca se insistirá bastante en que la clave para vencer al sida y las infecciones de trasmisión sexual es la prevención, para la que no existe otra medida más eficaz que la educación sexual generalizada de toda nuestra población juvenil como medida para fomentar el sexo responsable.
En tus relaciones sexuales, ¿tienes en cuenta el riesgo del sida? ¿Eres consciente de haber practicado sexo no seguro? ¿Has tenido ocasión de recibir clases sobre sexo seguro en la escuela o instituto? ¿Y en algún otro lugar? ¿Conoces a alguien que haya sufrido un contagio de trasmisión sexual?