
Nosotros, como individuos, no somos fenómenos aislados. Toda nuestra vida se basa en relaciones con otros individuos, la perfección no se puede alcanzar en forma independiente. Como somos una especie gregaria por naturaleza .No es posible que cada uno de nosotros desarrolle su propio carácter como una unidad aislada.
Gran parte de nuestro camino hacia la perfección personal atraviesa las vidas de aquellos con quienes nos ponemos en contacto. La forma en que los tratamos, la forma en que reaccionamos a ellos, afecta nuestro propio carácter y ayuda a modelarlo, sea para mejor o para peor.
Las relaciones fundamentales de la vida humana se encuentran, por tanto, en la familia. Por grande que sea la amistad, ella no es la base de la sociedad humana. La base está en formar pareja. El hombre y la mujer son la unidad primordial; alrededor de ellos se reúnen los círculos crecientes de niños, parientes y amigos.
Una de las cosas más esenciales en la vida de todo individuo es su forma de abordar el tema del sexo. La gente siempre ha sabido que es importante, pero nunca ha alcanzado dimensiones como las actuales a la vista del público. El mundo civilizado se revuelca en conciencia sexual, en libertinaje sexual, en literatura y en estimulantes sexuales. No obstante todo el énfasis exagerado que se ha puesto en él, no parece haberse encontrado la solución a los problemas que plantea; por el contrario, se están multiplicando con tal rapidez que los pronósticos actuales indican que en los Estados Unidos, la mitad de los matrimonios puede fracasar.
Los divorcios dan un salto hacia adelante; la frecuencia de las enfermedades venéreas, va en continuo aumento; el índice de natalidad en muchas naciones grandes, disminuye; la perversión moral aumenta peor que todo, el libertinaje y la promiscuidad saturan grupos de edades cada vez menores; en verdad, las prostitutas de menos de nueve años de edad no son desconocidas en la actualidad en la sociedad occidental, la que está tocando nuevas profundidades de degradación moral abismal mediante la creciente publicación de pornografía infantil, el reflejo de una mentalidad tan depravada que da terror a cualquier persona normal.