Los profesionales que trabajamos en terapia sexual, podemos comprobar cómo los humanos complicamos y reducimos innecesariamente nuestra vida. Vemos cómo muchas personas no se dan cuenta de que, para disfrutar de los placeres del sexo, debemos tener claro el papel que juega en nuestra vida, y no constreñirlo a la experiencia amorosa.
Una de las razones por las que más a menudo desaprovechamos nuestras potencialidades sexuales es por la vinculación exclusiva o excesiva del sexo al amor romántico. Está claro que amor romántico y sexo son complementarios, y que disfrutar de su simbiosis es la aspiración de cualquiera. Pero, si nuestra conducta sexual tiene que estar irremediablemente asociada al amor, vamos a ver reducida considerablemente nuestra vida sexual. Por eso es tan importante no confundir una cosa con la otra.