La pareja estaba fogosamente enzarzada en su juego sexual cuando repentinamente ella se deslizó cayendo de la cama. El golpe, cómo no, enfrió su ánimo y el disgusto de ambos concluyó el encuentro con un tierno intercambio de caricias no genitales. Hemos tenido noticia de otros casos de caídas y golpes con desigual fortuna. Desde el más terrible, que supuso el desnucarse de una mujer en la cama con alguien que no era su marido, o la pérdida del globo ocular contra un temido canto de mesilla de noche, hasta los más habituales moratones o simples golpes al caerse uno o ambos amantes fuera del lecho, sofá, mesa o lugar en el que andarán desfogándose.
M. A. Martín
No sólo resbalones y caídas son los riesgos gustosamente asumidos por cualquier pareja de amantes. En consulta a lo largo de casi 30 años, hemos tenido noticia directa o referencia, de múltiples —la inmensa mayoría de los casos intrascendentes— 'accidentes del bricolaje sexual'. Y es que las urgencias, la pereza, el adocenamiento y también estar inmersos en la propia situación, pueden llevar al accidente sexo-doméstico.
A modo de ejemplo, citamos algunos de los que, como decimos, nos han venido refiriendo en consulta. Desde los más 'light' arañazos, chupetones y, subiendo el tono, mordiscos, que en salva sea la parte, suponen un doloroso compromiso si acaban siendo vistos por terceros, hasta los casos en los que el frenillo se desgarra durante una entusiástica penetración. Es muy posible que el hombre no se dé cuenta de lo ocurrido y la pareja se lleve un susto, ya que, en los primeros momentos, no acierta a descubrir de quién y por qué emana semejante cantidad de sangre. Se debe tener en cuenta los genitales excitados se caracterizan por acumular gran cantidad de sangre. El desgarro del frenillo, aunque puede asustar, no tiene ninguna consecuencia, se trata de una pequeña herida que no requiere mayores cuidados.
En menor medida se pueden producir pequeños cortes o rozaduras por la acción de una uña al deslizarse sobre zonas sensibles. Muchas veces las situaciones que se crean pueden ser ridículas, quedando más herido el amor propio. Por eso hay que tomarlo con sentido del humor. Desde aquí os invitamos que contéis vuestras experiencias de accidentes sexo-domésticos a fin de aquilatar si con el sexo estamos ante una actividad cuyo riesgo no ha sido suficientemente mensurada por nuestras autoridades de vigilancia de la salud. Como estas cosas no se suelen contar, apelamos a que compartáis vuestras anécdotas.
¿Has limitado o modificado tu plan sexual inicial considerando algún tipo de riesgo de accidente sexual? ¿Has sufrido algún accidente sexo-doméstico? ¿Tienes referencia de casos conocidos?