Zonas erógenas femeninas....Mayor goce y disfrute

Las zonas erógenas son las áreas que, al ser estimuladas por diversos medios, se puede suscitar en ellas la aparición de una respuesta de deseo sexual. Lo importante es que el hombre aprenda a estimularlos en forma adecuada, y nosotras a entregarnos para un mayor goce y disfrute.




El deseo sexual en la mujer tiene dos fases: una son las “ganas��?, que es el aspecto más mental, emocional, afectivo e intangible. Y tiene que ver con el afecto, la espiritualidad, el ambiente, con la persona que se está y con el amor. La otra fase es una respuesta más biológica que se manifiesta en el aumento del ritmo respiratorio, rubor de la piel, cosquilleo en el bajo vientre y congestión y humedad de los genitales, entre otros. Metafóricamente, ambas etapas se pueden comparar con la diferencia que hay entre las “ganas de comer��? y el “tener hambre��?.

Según el gineco-obstetra, experto en sexualidad humana, Dr. Pedro Escudero, el ideal es que ambas etapas vayan juntas para una respuesta sexual más óptima, pero no siempre se da así. “La fase biológica a veces puede despertar en forma casi automática, sin pasar por la primera. Pero cuando la mujer llega sólo a la primera etapa y no aparece fácilmente la segunda, surge la importancia de conocer las zonas erógenas de las féminas. Y ese es el aspecto que gran parte de los hombres chilenos manejan muy mal o muy pobremente, ya sea por falta de experiencia, por ignorancia o por apresuramiento. Y eso, al final lleva a una relación sexual mucho menos satisfactoria��? asegura el especialista.

El ginecólogo explica que los ritmos de la mujer son muchos más lentos y más misteriosos que los del hombre. “Ellas tienen su propio flujo o modo de ir apareciendo. Además hay una impresionante diferencia entre una mujer y otra. Una zona erógena puede producir una placentera reacción en una mujer; en cambio en otra puede provocar una respuesta débil, sensación de risa, rechazo o ninguna reacción��?, afirma.

“Las zonas��?
Dejando de lado las partes obvias como los senos, la vagina y el trasero, cualquier rincón del cuerpo de la mujer puede ser una zona erógena. En general, estos puntos más sensibles tienen mucho que ver con los relieves musculares, justo en donde se termina un músculo y empieza el siguiente. También se dan en los surcos del rostro y los interdigitales de los pies y las manos.

Cuero Cabelludo: Esta parte debe ser acariciada con un masaje suave y circular, como una ordeña realizada con los dedos, lo que provocará una muy buena respuesta en la mujer.

Entre el surco de la frente y detrás de la oreja: Acariciar suavemente con la yema de los dedos desde la frente hasta llegar al hueso redondo y sobresaliente (apófisis mastoíde) que está justo detrás de la oreja, puede producir una agradable sensación en la pareja femenina.

La Oreja: Esta parte es en sí una zona erógena cuando es debidamente estimulada, ya sea con suaves caricias con las manos, con la boca, con tenues susurros, con una respiración suave e incluso con la nariz. Todo, sin que provoque cosquillas o alguna molestia en ella.

Desde las orejas hacia el cuello y los hombros: También son muy estimulantes las caricias que parten desde detrás de la oreja hacia el cuello desplazándose hacia los hombros como suaves masajes.

Desde los hombros hasta la cintura: Si el hombre recorre con caricias sin apuro, presionando suavemente en forma zigzagueante, la línea imaginaria que va desde la parte media de los hombros (deltoide), pasando por los omóplatos y recorriendo toda la espalda hasta llegar un poco más debajo de la cintura, lo más seguro es que su pareja quede fascinada, ya que ello provoca una especie de cosquilleo y un sobresalto muy especial.

“Todas estas caricias van provocando una comunicación energética entre la pareja, una interacción erótica muy rica, ya que la mujer empieza a reaccionar y a devolver las caricias al hombre��?, asegura el Dr. Escudero.
Otros puntos sensibles
Desde los hombros hacia los brazos: Es la zona ubicada entre la parte más redonda del hombro y el área media del brazo en dónde éste es más plano, es otra de las áreas que puede provocar gran excitación.

Axilas, tórax y caderas: Desde más o menos una cuarta bajo la axila, siguiendo por todo el costado bajando hasta la cadera. Y luego desde los bordes de la cadera hacia el ombligo y/o hacia el pubis. También atrás de los bordes de la cadera hacia la línea media de la espalda o cintura y hacia la cola, es un recorrido electrizante que provocará sensaciones muy placenteras en la compañera de alcoba.

Piernas y pies: Toda la cara interna de los muslos, desde el surco inguinal hacia la rodilla y la parte posterior de ésta, son áreas muy erógenas. Lo son también los pies, especialmente el tendón de Aquiles, el talón, el borde externo y los surcos entre los dedos y la parte de abajo donde se unen a la planta, pueden ser sumamente erógenos cuando se los acaricia con suaves y relajados masajes. Pero hay que tener cuidado, y evitar que al palpar estas zonas, provoquen molestia o cosquillas incómodas.

La Manos: Deberían estar en el primer lugar de las zonas erógenas ya que es una de las partes más obvias de la sensualidad y el erotismo, no por nada las mujeres nos preocupamos por mantenerlas tersas, suaves y bellas. La mano hace un muy buen puente entre las dos fases de la excitación. Es cuando la mujer está “dispuesta��? en alma y emoción y el cuerpo aún no reacciona.

“Lo mejor es partir por las manos, cara y cuello como zonas erógenas intermedias esenciales porque son el mejor puente para pasar de la primera a la segunda fase?, expresa el especialista.

El Rostro: Prácticamente toda la cara es una zona erógena, especialmente el surco nazogeniano, el labio superior y el mentón. Aquí pueden prodigarse caricias, besos o mordiscos, pero siempre suaves. Son las zonas que se estimulan con mayor facilidad.

Según el profesional, hay que tener presente que no se trata de actos mecánicos que hay que seguir como un manual de sexualidad. Todas estas zonas no tienen un orden en sí. “La idea es ir despertando la sensorialidad de sentir fino y sutil mutuo en la pareja. En este juego se va dando una sensación de comunión global, de placer muy grande. Es la capacidad de sentir lo micro que va ampliando los poros de la sensibilidad global hasta que cada rincón del cuerpo quede excitado, como para lograr un orgasmo en cualquier parte del él?