Virtudes de la práctica sexual


Se practica poco sexo. Ésta es la conclusión a la que llegan muchos estudios científicos sobre los hábitos sexuales de las personas. Hasta el punto de que, en la jerga científica, el tener una “alta frecuencia orgásmica” es el mantener relaciones sexuales dos veces a la semana. Sin embargo, la misma ciencia nos demuestra que una vida sexual activa nos hace más felices. Quizá vaya siendo hora de ir más a menudo a la farmacia por condones en vez de ir por los analgésicos.

Tomemos por ejemplo los beneficios del sexo sobre la salud física. Para empezar, hacer el amor tres veces por semana permite quemar hasta 7.500 calorías por año, el equivalente a una carrera de cien kilómetros. Además, el sexo balancea el equilibrio entre el colesterol bueno y el malo, reduce el exceso de colesterol en el cuerpo y estimula la testosterona la cual, a su vez, fortifica huesos y músculos además de aumentar el deseo sexual.

Pero eso no es todo. También reduce los problemas de próstata, limita el estrés y reduce las posibilidades de morir de una crisis cardiaca. Es decir, las relaciones sexuales regulares nos hacen más fuertes y, por lo tanto, más capaces y motivados a tener más.

Todo ello tiene su correspondiente explicación científica y, en este caso, casi todo está relacionado con la hormona DHEA. Esta hormona se libera justo antes del orgasmo y está demostrado que fortalece nuestro sistema inmunitario, detiene el desarrollo de tumores, estimula el crecimiento óseo, reduce las enfermedades cardíacas y hasta puede servir como antidepresivo. En otras palabras: esta hormona y su correspondiente vida sexual activa permiten aumentar la esperanza de vida.

En cuanto a nuestra salud mental, el sexo aumenta los niveles de endorfina, unos analgésicos naturales que se encuentran en nuestro organismo y que pueden ayudarnos a reducir el estrés y a tener una sensación de relajamiento y satisfacción. Es decir, hacernos sentir bienestar. Ello sin contar con los estudios que relacionan una mayor calidad de vida con una mayor frecuencia de nuestras relaciones sexuales.

Después de conocer todos estos beneficios, es difícil entender cómo, en un reciente estudio realizado en Estados Unidos, casi un tercio de los encuestados (la mayoría de los cuales tenía entre 18 y 39 años) tuviera relaciones sexuales una o dos veces por mes o menos y un 14%, una o dos veces por año.

Si bien es cierto que hay razones que pueden explicar esta falta de relaciones sexuales –como el mito muy cristiano de que el sexo “es malo en sí mismo” dado que envenenaría el espíritu y tendría consecuencias negativas para nuestro cuerpo- ya es hora de que nos liberemos de estas falsas creencias.

Una buena forma de empezar es con una buena dosis de conocimiento científico y preciso; y, por supuesto, practicando sexo. Eso sí, siempre con las debidas precauciones para evitar embarazos no deseados y protegernos de Infecciones de Transmisión Sexual como el VIH/Sida.